¿De dónde provienen?

Se estima que entre el 2% y el 5% de todos los plásticos fabricados termina en los océanos. Algunos de ellos lo hacen en forma de microplásticos.

Debido a su procedencia, se pueden dividir en dos categorías:

Microplásticos primarios:

Son las partículas lanzadas directamente al medio ambiente. Una fuente muy importante es el lavado de la ropa sintética. Cuando lavamos la ropa sintética los materiales plásticos desprenden fibras que escapan de los filtros tradicionales de las lavadoras y terminan en los océanos y el suelo, que origina el 35% de estos microplásticos. Otra, es el roce con el asfalto de los reumáticos, que representa el 28%. La fricción, ya sea de la pinza de freno o la generada por la rueda con el asfalto, hace que se produzca un desprendimiento de partículas contaminantes. En el caso de la goma, los microplásticos se van depositando sobre el firme a medida que el coche circula. Esto, en el largo plazo, termina generando un gran número de partículas en suspensión.

Se estima que representan entre el 15% y el 31% de los microplásticos presentes en los océanos.

Microplásticos secundarios:

Se originan a partir de la degradación de grandes objetos de plástico, como bolsas, botellas o redes de pesca. Representan entre el 69% y el 81% de microplásticos que se encuentran en los océanos.

El sol, el agua y el viento provocan la degradación y el movimiento de todos los plásticos que se acumulan en los vertederos —en su mayoría botellas, bolsas y redes de pesca.